Enfermería de la Ciencia Cristiana



La enfermería de la Ciencia Cristiana tiene una función en las curaciones

Robin Kadz

Del número de septiembre de 2022 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 9 de junio de 2022 como original para la Web.

Recientemente escuché a alguien contar una curación que tuvo mientras era atendido por un enfermero de la Ciencia Cristiana, y me hizo darme cuenta de cuán agradecida estoy por varias curaciones que he tenido con el apoyo de estos queridos hombres y mujeres del movimiento de la Ciencia Cristiana. Como el buen samaritano en la historia de Cristo Jesús en la Biblia, vinieron a donde yo estaba. En cada caso estaba sola y sentía que necesitaba mucho la atención que ellos brindan. Siempre he experimentado un enorme sentido de gratitud por su apoyo y los resultados que trae.

Una vez, cuando recién había llegado a una ciudad, tuve una dolorosa condición que me impedía estar de pie el tiempo suficiente como para prepararme una comida. Muy débil e imposibilitada de dormir, le pedí ayuda a un practicista de la Ciencia Cristiana, quien inmediatamente accedió a orar por mí. Al darme cuenta de que precisaba que alguien viniera a la casa donde me alojaba y me prestara ayuda, también me comuniqué con una enfermera de la Ciencia Cristiana. No la conocía a ella ni a nadie en la ciudad, excepto a familiares que no eran Científicos Cristianos. Llegó a las 2:00 de la madrugada y me preparó una comida. Luego me leyó de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, y de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. Me embargó una gran sensación de calma con la llegada de esta luz espiritual. 

Temprano a la mañana siguiente, la enfermera de la Ciencia Cristiana tuvo que irse, pero sugirió un plan viable para las próximas 24 horas, el que incluía que mi hijo adulto se quedara conmigo esa noche. Estaba en vías de recuperarme cuando ella se fue, y completamente bien al día siguiente. 

En otra ocasión, me desperté a las 5:00 de la mañana con la habitación girando a mi alrededor. Aterrorizada, nuevamente me comuniqué por teléfono con un practicista de la Ciencia Cristiana y un enfermero de la Ciencia Cristiana, quienes respondieron de inmediato a mi necesidad. Durante su visita a mi casa, el enfermero de la Ciencia Cristiana me preparó una comida y me leyó. Como resultado de las eficaces oraciones del practicista y la comprensión y el amor expresados por el enfermero de la Ciencia Cristiana, el temor disminuyó y el problema desapareció. Esto sucedió hace más de 12 años.

Otra curación memorable fue de lo que sospecho era una intoxicación alimentaria, tan dolorosa que no podía permanecer quieta. Después de llamar a un practicista de la Ciencia Cristiana para recibir tratamiento, encontré a una enfermera de la Ciencia Cristiana para que se quedara conmigo durante unas horas hasta que se tomaran decisiones para mi atención práctica adicional. El simple hecho de mirar a los ojos gentiles y amorosos de la enfermera de la Ciencia Cristiana fue sanador para mí. Tenerla allí fue el punto decisivo. Pronto me sentí mucho más cómoda, y la curación completa se produjo en los días siguientes. 

Más recientemente, llamé a una enfermera de la Ciencia Cristiana cercana para preguntarle si me podía quitar una astilla afilada de la planta del pie, lo que no podía hacer yo misma. Era doloroso y me hacía cojear cuando caminaba. Se había formado una protuberancia bastante grande alrededor de la astilla. Esperaba que la enfermera de la Ciencia Cristiana la extrajera, pero esta parecía estar completamente incrustada en la piel y no podía eliminarse sin una incisión, lo cual ella me recordó no estaba dentro del alcance de la práctica de un enfermero de la Ciencia Cristiana. En cambio, ella elevó mi pensamiento, enfocado en el cuerpo, y me recordó que mi sustancia es espiritual y nada puede invadirla. Con convicción, citó este pasaje del libro de texto de la Ciencia Cristiana: “Una idea espiritual no tiene un solo elemento de error, y esta verdad elimina debidamente todo lo que es nocivo” (Ciencia y Salud, pág. 463). Yo había estado orando con esta declaración durante días, ¡pero ella realmente sabía que era verdad! 

Tan pronto como colgué el teléfono, el dolor desapareció y volví a caminar normalmente. Me quedé con un sentido de la totalidad de Dios y de mi perfección como reflejo de Dios. En un par de días la protuberancia del pie desapareció, y ese fue el fin de la dificultad. 

En cada uno de estos casos, la comprensión de los enfermeros de la Ciencia Cristiana de que la enfermedad, el temor y el dolor no provienen de Dios y, por lo tanto, no son reales, y que la verdad de Dios es capaz de sanar cualquier imposición que pueda aparecer, fue evidente. De esta manera, un enfermero de la Ciencia Cristiana es un fuerte apoyo para el tratamiento metafísico de la enfermedad por parte de un practicista, el que se fundamenta en esta base espiritual.

Como la Fundadora de la Iglesia de Cristo, Científico, la Sra. Eddy estipuló la enfermería de la Ciencia Cristiana en la organización de su Iglesia, lo que ciertamente fue una idea divinamente inspirada. Es una parte vital de la Iglesia, que Ciencia y Salud define en parte como “la estructura de la Verdad y el Amor” (pág. 583). Las curaciones que resultan del tratamiento de la Ciencia Cristiana y el cuidado práctico que brindan los enfermeros de la Ciencia Cristiana son evidencia del cuidado de Dios por todos Sus hijos que satisface la necesidad humana. Las curaciones son señales de “Emanuel, o ‘Dios con nosotros’” (Ciencia y Salud, pág. xi).


Robin Kadz

Laguna Hills, California, EE.UU.


¿Qué hay en el nombre “enfermero de la Ciencia Cristiana”?

Keb Bemis
De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 8 de mayo de 2023.

Todos queremos ser conocidos y comprendidos con precisión por el bien que hacemos, y un nombre o título puede fomentar esa comprensión. Hay muchos casos en toda la Biblia donde los nombres y títulos reflejan la visión e iluminación espirituales de una persona. El título divino de Jesús es Cristo,basado en su expresión del tipo más elevado de divinidad reflejada en una forma humana. Su discípulo, Simón Barjonás, fue renombrado Pedro (del griego petros, que significa piedra) por su reconocimiento de que Jesús ejemplificaba al Cristo, el Hijo de Dios, el Salvador del mundo. Fue sobre este fundamento espiritual que Jesús dijo que edificaría su iglesia. Y Saulo pasó a llamarse Pablo cuando, humildemente, se convirtió en un seguidor de Cristo después de que se le revelara la equivocada premisa sobre la cual había perseguido previamente a los cristianos.
Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, proporcionó un título, una norma y descripción del trabajo para la función de un “enfermero de la Ciencia Cristiana” en el Manual de La Iglesia Madre, donde dice: “Un miembro de La Iglesia Madre que se acredite como enfermero o enfermera de la Ciencia Cristiana, deberá tener un conocimiento demostrable de la práctica de la Ciencia Cristiana, comprender a fondo la sabiduría práctica respecto al cuarto de un enfermo, y que pueda cuidar bien del enfermo”.
Si bien partes de la descripción podrían aplicarse a una variedad de profesionales de la salud, un enfermero de la Ciencia Cristiana se distingue de manera única por tener “un conocimiento demostrable de la práctica de la Ciencia Cristiana”. Este no solo es el primer elemento de la descripción del trabajo, sino que es quizás su aspecto más importante. Sirve como complemento de la oración, o tratamiento espiritual, proporcionado por un practicista de la Ciencia Cristiana, o sanador.
El requisito de “un conocimiento demostrable” de esta práctica metafísica indica la necesidad de comprender que uno puede experimentar la curación a través de las enseñanzas espirituales de esta Ciencia. No solo se requiere de un estudio concertado y consecuente de la Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por la Sra. Eddy, sino también el compromiso de vivir la eficacia de la curación en la Ciencia Cristiana en nuestra actividad diaria. Este conocimiento demostrable se logra al tomar instrucción de clase de la Ciencia Cristiana, tener la experiencia práctica individual y, lo más importante, un carácter de humildad, caridad y amor abnegado por Dios y la humanidad. Esto permite al enfermero de la Ciencia Cristiana ver a los pacientes como Dios los ve, así como ayudarlos a verse a sí mismos bajo esa misma luz. El requisito del conocimiento demostrable es la calificación para estar en la posición tan única de apoyar a aquellos que eligen recurrir a la curación espiritual a través de la Ciencia Cristiana.
La enfermería de la Ciencia Cristiana no es una forma de atención médica, y no incluye ningún diagnóstico o pronóstico médico, manipulación física, administración de fármacos ni técnicas o tecnología médicamente orientadas. Un aspecto fundamental del ministerio es “confirmar, mediante una oración activa y devota, la innata espiritualidad de cada persona y su receptividad al gobierno armonioso de Dios” (véase “Alcance de los Servicios del enfermero de la Ciencia Cristiana” en christianscience.com), mientras que al mismo tiempo proporciona atención práctica y calificada. El estatuto sobre el “enfermero de la Ciencia Cristiana” en el Manual establece el título oficial para aquellos que se representan a sí mismos en esta profesión. Puede ser tentador referirse a la enfermería de la Ciencia Cristiana solo como “enfermería”, pero omitir las palabras Ciencia Cristiana en referencia a esta profesión en realidad puede promover un falso sentido de la misma. 
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En nuestra sociedad, los títulos de trabajo a menudo nos dicen algo sobre las personas que tienen esos trabajos. Por ejemplo, si alguien es enfermero, esto ofrecería cierto conocimiento acerca de él. Probablemente daría una idea de alguien que se preocupa por la humanidad y se dedica al bienestar de los demás. En la mayoría de los casos, uno probablemente supondría que el individuo ha sido entrenado y acreditado como profesional con licencia en un entorno de atención médica convencional.


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Los enfermeros de la Ciencia Cristiana le invitan a celebrar la Pascua


La enfermería de la Ciencia Cristiana: ¿A quién ayuda?

George Strong


De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 8 de mayo de 2023

Hace varios años, disfruté de un concierto al aire libre en un jardín frente a un hermoso pabellón, junto con otras veinte mil personas. Temprano en la noche, noté que un joven cerca de mí sostenía su cabeza entre las manos. Un amigo se arrodilló a su lado y trató de consolarlo, pero era evidente que no se sentía bien. ¿Cuál era mi lugar aquí? Podría haberme ofrecido a orar por él. Pero la música era demasiado alta como para conversar con tranquilidad, y había otras personas entre él y yo. No hacer nada obviamente no estaba bien, pero ¿qué podía hacer? 
Comencé a orar por mí mismo. Oré a “nuestro Padre-Madre Dios, todo-armonioso” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 16), y reconocí que, como dicen las Escrituras, cada uno de nosotros es la imagen de Dios, el Espíritu. Sabía que, como imagen de Dios, sólo podía ver y conocer lo que Dios ve y conoce: la perfección del ser espiritual, armonioso en todo aspecto. Afirmé que toda mi percepción viene mediante el sentido espiritual e incluye paz, alegría, armonía, plenitud; todas las cualidades espirituales de Dios, el bien, y ciertamente ninguna conciencia de discordia, enfermedad o limitación. 
Me di cuenta de que todos habíamos venido al concierto no solo para escuchar tocar a una banda, sino para ser testigos de la armonía universal que la música representa. Acompañando estos pensamientos había un sentimiento de amor por todos los que estaban allí, especialmente por el joven sentado cerca de mí. Luego busqué en mi mochila el jugo de naranja que había traído y se lo ofrecí. Lo aceptó con evidente gratitud. 
Después de un breve descanso, el concierto continuó, y el joven se puso de pie, escuchó y bailó con alegría durante el resto de la noche.  
¿Qué había pasado? Había visto a alguien luchando y le ofrecí un poco de jugo. Pero la verdadera ayuda que ofrecí fue mi disposición a reconocer la presencia y la totalidad de Dios, y luego actuar de la manera que resultara de ese reconocimiento. En ese sentido, yo había actuado como un enfermero de la Ciencia Cristiana. 
¿Quién necesitaba esta atención de enfermería? A simple vista, parecía como si fuera el joven. Pero mientras oraba, me había dado cuenta de que yo también necesitaba esta enfermería de la Ciencia Cristiana. Era esencial para mí que me elevara por encima de la errónea percepción de que era simplemente un hombre en un concierto incapaz de ayudar a otro que estaba sufriendo.
Me di cuenta de que podía ayudar como Científico Cristiano. Necesitaba establecer y mantener en el pensamiento mi derecho absoluto a conocer mi verdadera naturaleza como imagen de Dios. También necesitaba nutrir y apreciar —en otras palabras, alimentar— la comprensión de la naturaleza de todos como hijos de Dios. Y necesitaba actuar como nuestro Padre-Madre, el Amor divino, me impulsaba a hacerlo. 

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La enfermería de la Ciencia Cristiana: un llamado especial

Caroleen Scholet

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 3 de septiembre de 2018

La función de la espiritualidad en el cuidado de la salud es un tema importante hoy en día. Todos hemos leído artículos en las noticias acerca del efecto de la oración en el bienestar de los pacientes. Sin embargo, hace mucho tiempo que la gente ora a Dios para obtener curación, así que realmente no es un concepto nuevo.

Cristo Jesús nos enseñó a amar a Dios y cuidar de nuestro prójimo. Dijo: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:32). La Ciencia Cristiana enseña que Dios, la Verdad divina, realmente nos hace libres, y miles de personas han sido sanadas por medio de una comprensión más clara de esta Verdad.

¿Qué tiene que ver esto con la enfermería de la Ciencia Cristiana? La enfermería de la Ciencia Cristiana ocupa un lugar especial en la curación en esta Ciencia, al brindar cuidado amoroso y una atmósfera que apoya a aquellos que confían en Dios para sanar. Por haber sido enfermera de la Ciencia Cristiana y ser ahora Gerente de las Actividades de Enfermería de la Ciencia Cristiana alrededor del mundo en La Iglesia Madre en Boston, he visto directamente cómo el hecho de poner en práctica la Ciencia del Cristianismo trae salud a todos los aspectos de nuestra vida. Los enfermeros de la Ciencia Cristiana ayudan a los pacientes a reconocer que la salud y la curación son algo normal, y debemos esperar que se produzcan. Eso no significa que nunca haya luchas y desafíos o enfermedades y accidentes con que lidiar. Es en esas ocasiones cuando mucha gente encuentra que es útil tener el apoyo de un enfermero de la Ciencia Cristiana; alguien que pueda brindarles cuidado práctico cuando sea necesario, hasta que se produzca la curación y se sientan liberados.

Mary Baker Eddy percibió que los enfermeros de la Ciencia Cristiana eran necesarios dentro de la Iglesia que ella estableció. De hecho, en el Manual de la Iglesia describe en parte que el enfermero de la Ciencia Cristiana "deberá tener un conocimiento demostrable de la práctica de la Ciencia Cristiana, comprender a fondo la sabiduría práctica necesaria respecto al cuarto de un enfermo, y que pueda cuidar bien del enfermo" (pág. 49). Tal vez usted haya respondido a ese llamado, o recibido personalmente ese cuidado. Este blog es para que comparta su discernimiento espiritual e historias acerca de cómo la enfermería de la Ciencia Cristiana está bendiciendo al mundo.


La alegría de ser enfermero de la Ciencia Cristiana

Sylvain Kimour Kalubi -  Kinshasa, República Democrática del Congo

Del número de noviembre de 2014 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Original en francés

 Oí hablar por primera vez de la Ciencia Cristiana en 1989, cuando estaba escuchando uno de los programas radiales de El Heraldo de la Ciencia Cristiana en francés. Después de estudiar esta Ciencia durante varios años, tomé instrucción de Clase Primaria con un maestro autorizado de la Ciencia Cristiana en Sudáfrica. Fue entonces que descubrí en mi corazón un gran interés y amor por la enfermería de la Ciencia Cristiana. Este amor creció con los años, y se profundizó en 2008, durante la Cumbre de Jóvenes de la Ciencia Cristiana en Kinshasa. Lo que me atraía hacia este ministerio era el hecho de que la enfermería de la Ciencia Cristiana nos permite expresar amor a nuestro prójimo de una manera práctica y tangible, a la vez que se contempla al hijo perfecto de Dios allí mismo donde una dolencia o problema parece estar ocurriendo. Sentía que Dios, nuestro Padre, me estaba llamando para trabajar en este ministerio.  

En mi país viven muchos Científicos Cristianos; tan solo la ciudad capital, Kinshasa, tiene seis Iglesias, cuatro sociedades y varios grupos informales. En las otras ciudades grandes de la República Democrática del Congo, como Lubumbashi, Matadi, Muanda, Mbuji-Mayi, Boma, Buvaku, también hay muchos Científicos Cristianos.

La práctica y enseñanza de la Ciencia Cristiana están creciendo en el Congo: sin embargo, nuestro hermoso país no tiene ningún enfermero de la Ciencia Cristiana listado en el Journal y en El Heraldo. El ministerio de la enfermería de la Ciencia Cristiana se menciona claramente en el Manual de la Iglesia (Artículo VIII, sec. 31, pág. 49) por Mary Baker Eddy, y está en correlación con la obra de curación y el ministerio de los practicistas de la Ciencia Cristiana. Los enfermeros ayudan a aquellos que están orando para sanar con un practicista, pero que también necesitan ayuda práctica cuando enfrentan un desafío físico. De modo que, tanto los practicistas como los enfermeros forman parte de la misión de la Iglesia de seguir a nuestro Maestro, Cristo Jesús, al apoyar y promover  la curación cristiana.