Sala de Lectura


Horarios actualizados para nuestros servicios por el cambio de hora en España vigentes desde este domingo. 

Sala de lectura de la Sociedad de la Ciencia Cristiana, Barcelona. 
Os invitamos a escuchar lecturas de los escritos de Mary Baker Eddy, artículos y audios de El Heraldo y a compartir esta invitación con todos aquellos que puedan apreciarla.

Todos los Lunes a las 19.30 h (España)

Argentina a las 14.30 h
Chile a las 14.30 h
Mexico a las 11.30 h
Uruguay a las 14.30 h
Miami a las 13.30 h
Perú  a las 12.30 h
Colombia a las 12.30 h
Houston a las 12.30 h

Picar en el enlace y solicitar unirse con micrófono y vídeo inactivos. 

Picar en el enlace AQUÍ y solicitar unirse con micrófono y vídeo inactivos. 

Gracias
Los esperamos!!🌈🙏🏻🌈


En nuestro espacio online podrás encontrar un refrigerio espiritual al escuchar las lecturas inspiradas de los escritos de Mary Baker Eddy, Fundadora y Descubridora de la Ciencia Cristiana.


Últimas lecturas compartidas del Lunes 22/04/2024


“Ser libre es tu derecho divino”
Jan Keeler Vincent
Del número de octubre de 2021 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Apareció primero el 28 de junio de 2021 como original para la Web.

De Escritos Misceláneos  Pág 183, 11-21 y 185, 8-17

“Curación espiritual verdadera”
RICHARD CLAUDE HAW 
Del número de julio de 1979 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

De “La Ciencia Cristiana y su Descubridora”. E. Mary Ramsay
Capítulo IV. 
De la pag. 47 a la 57( exceptuando las págs 48 y 52)

"Curación por la verdad" 
de Escritos Misceláneos por Mary Baker Eddy, págs 259:24 - 261:35


La resurrección — elevándose por encima de lo falso

Geoffrey J. Barratt

Del número de abril de 1976 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hoy en día podemos enfrentar y vencer la enfermedad y la mortalidad — como también el pecado — sobre la misma base en que Cristo Jesús los venció. Mary Baker Eddy declara sucintamente cuál era el propósito que lo guiaba y el método que él utilizaba: “Jesús vino para salvar a los hombres precisamente de estas ilusiones con las cuales parecía conformar él mismo: de la ilusión que declara real al pecado, y al hombre un pecador que necesita un Salvador; de la ilusión que declara que la enfermedad es real y el hombre un enfermo que necesita un médico; de la ilusión de que la muerte es tan real como la Vida. De tales pensamientos — invenciones mortales, todas sin excepción,— Cristo Jesús vino a salvar a los hombres, mediante el bien siempre presente y eterno”.1

Cristo Jesús vino a enseñar y a demostrar la Ciencia del bien, la Ciencia de la infinitud de Dios y de la eterna perfección del hombre como idea de Dios. Venció los falsos testimonios que presentaban los sentidos materiales — el sufrimiento, el mal, y la mortalidad — porque comprendió que eran engañosos. Debido a que esta habilidad proveniente del Cristo es eterna, también nosotros hoy en día podemos empezar a eliminar de nuestro pensamiento la creencia en la realidad del mal.

Al hacer esto, comprendemos el verdadero sentido de la Pascua de Resurrección, que no es simplemente una época del año ni un acontecimiento social o cultural. Al reemplazar lo material y falso con lo espiritual y verdadero, comenzamos a ver el significado metafísico de la Pascua de Resurrección que es aplicable durante todo el año y siempre. La Sra. Eddy declara: “El elevarse por encima de la evidencia falsa a la evidencia verdadera de la Vida, es la resurrección que se adueña de la Verdad eterna”.2

La habilidad intrínseca de cada individuo, hoy y siempre, de abandonar un falso sentido de existencia por el espiritualmente científico, es tanto una prueba de la eternidad del Cristo como lo son la resurrección y ascensión final de Jesús. El Cristo es la idea verdadera del ser que destruye la supuesta existencia de la mala salud, del pecado y de la muerte. Ningún argumento de tiempo o materia puede disminuir o extinguir el poder espiritual que la Verdad tiene para ser Todo, poder que el Cristo presenta. Con absoluta confianza Jesús, hablando del Cristo, la Verdad, prometió: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.3

La Pascua de Resurrección es una ocasión especial para establecer o reafirmar nuestra comprensión y percepción de la misión y resurrección de Cristo Jesús. Las múltiples bendiciones que recibimos al hacer esto — que se manifiestan en inspiración, curación, regeneración — van más allá de tres días en el calendario, pues estas bendiciones tienen su origen en la eternidad de la Vida misma.

Con profunda percepción la Sra. Eddy explica la resurrección como el estado de consciencia que se logra al tener nuevas y claras vislumbres de la inmortalidad y al ceder la creencia mortal a la comprensión espiritual. La comprensión que comienza a elevarse por encima del testimonio sensorio que presenta la soledad y fragilidad de la humanidad en un gigantesco cosmos material — y reconoce a Dios como Vida divina y al hombre como su idea — puede comenzar a resucitarnos ahora por medio de la Ciencia Cristiana*. ¡No es de extrañarse que en la Ciencia, la Pascua de Resurrección signifique vida, no muerte, y que la practicabilidad de la comprensión espiritual se mantenga inmortal a través de la eternidad!

En un mensaje para la Pascua, la Sra. Eddy preguntó: “¿Está nuestra consciencia en la materia o en Dios? ¿Tenemos otra consciencia que no sea la del bien?”4 La Ciencia de la Vida que ella descubrió y dio a conocer por medio de sus escritos, y que reafirmó con sus notables obras sanadoras, nos permite añadir a la evaluación exclusivamente personal del nivel de nuestra espiritualidad un criterio más metafísico. En cuanto a si nuestra consciencia está en la materia o en Dios, podemos responder que desde un punto de vista enteramente científico la única consciencia verdadera se halla realmente en Dios, la Mente infinita, y nunca en la supuesta substancia de la materia. Sobre el mismo fundamento espiritualmente científico, podemos responder que la verdadera consciencia sólo puede estar consciente del ilimitado bien de Dios, ahora y siempre. A medida que comprendamos la Ciencia del ser, comenzaremos a reconocer los matices espirituales positivos — las realidades armoniosas de la Vida — evidenciadas en la resurrección de Jesús.

Éste es un año en que quizás más gente que nunca esté más consciente que nunca de las necesidades de la humanidad. La Pascua de 1976 puede exigirnos que ampliemos nuestra visión más allá de la barrera obstructiva de la creencia de que vivimos en la materia, y exige que veamos la verdad de la vida pura en Dios, Vida inalterada y perfecta. Aquellos que han tenido apenas una pequeña vislumbre de la Ciencia de la Vida, tienen tanto la obligación como el privilegio de ampliar su interés y atención más allá de los asuntos familiares, hogareños, comerciales, y de su iglesia local, a las apremiantes necesidades de toda la humanidad.

En la medida en que lo hagamos, esta Pascua de Resurrección podrá marcar el punto decisivo en el curso de la historia humana. Desde el punto de vista histórico del futuro, podría marcar el momento en el cual la humanidad dio un gran paso hacia algo mejor. No sólo es necesario que la humanidad elimine permanentemente el hambre y las guerras, sino que sus necesidades espirituales sean satisfechas cada vez más mediante el reconocimiento científico de que el Amor divino es Todo y es poderoso. Ésta podría ser una Pascua de Resurrección de gran significado espiritual y de consecuencias prácticas evidentes. Hagamos nuestra parte.

Geoffrey J. Barratt

1 La Unidad del Bien, págs. 59–60;↑
2 ibid., págs. 60–61;↑
3 Mateo 28:20;↑
* Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.↑
4 Miscellaneous Writings, pág. 179.↑







Bibliografía para niños y jóvenes



Literatura de la Ciencia Cristiana


Consulte aquí.

Puedes solicitar comprar o pedir en préstamo nuestra literatura completando el formulario de contacto que se encuentra a la derecha de la web.